Como todos los años, IFEMA acoge Salón Gourmets, la feria de Alimentación y Bebidas de Calidad, y sus pabellones se ven ocupados por gran variedad de productores, marcas de alimentación y personajes gastronómicos de todos los rincones de España para dar vida a una semana multitudinaria de gastronomía, alimentación e innovación.
En mi visita a la feria, como Gen Z y también como consultora especializada en el sector de la alimentación, tenía unos objetivos bastante claros para mi jornada: mapear todos los stands para hacerme una ideal global, descubrir nuevos productos e inspirarme.
Estos eventos multitudinarios son una gran fuente de inspiración, ya que todas las innovaciones del año se encuentran reunidas en un solo lugar, conocer nuevas marcas que no tenías identificadas en el scope, y lo mejor, tener la oportunidad de probar los productos…. Y no me refiero al jamón, que nunca falla y siempre va a estar rico, me refiero a los nuevos lanzamientos, sobre todo los más singulares y novedosos. Productos que nunca te llegarías a imaginar, o sí, y que podrían acabar siendo la gran innovación del año.
En nuestro día a día, vemos anunciado en una publicación de LinkedIn o en un artículo el lanzamiento de un nuevo producto. Muchas veces son buenos conceptos que nos llaman la atención, pero que generalmente no conseguimos llegar a probar, por su escasa distribución o difícil accesibilidad. Realmente, el producto no es solo el concepto, sino su sabor, su textura, su uso, su conveniencia… por ello, para mí, uno de los mayores beneficios de esta feria es poder probar y valorar estos nuevos productos de primera mano.
Dicho esto, mi foco en mi visita a la feria era la innovación, y qué mejor manera que iniciar mi ruta en el túnel de la innovación, donde te lo ponen fácil para identificar los nuevos lanzamientos, todos reunidos en un mismo lugar. Tras este primer paseo, donde disfruté descubriendo kits para hacer paella, guacamole congelado, tés para niños, y observé cómo se multiplican los dips y los snacks y cómo sabores de todo tipo llegaban a productos como aceites, patatas y aperitivos, comencé mi paseo por los diferentes pabellones.
En menos de 4 horas había recorrido toda España. Los productos en sí no sorprenden, son los clásicos, pero aun así gusta revisitarlos y ver cómo las marcas ofrecen nuevos planteamientos de los mismos productos, cómo los más tradicionales se reinventan y cómo la feria, por su organización por comunidades, es un reflejo de la misma España. ¿No sería más interesante agrupar los productos por su categoría más que por su origen? ¿Quizás aportaría más valor al visitante recorrer la feria como si fueran los lineales de un supermercado? ¿Podría ser enriquecedor agrupar a todas las startups en un mismo pabellón para crear un ecosistema de emprendimiento? ¿Tendría sentido segmentar los stands según el canal de venta al que van dirigidos? Claro que podría tener sentido. No digo que esté mal organizado por regiones, pero no por ello habría que dejar de plantearse nuevas posibilidades y perspectivas que pudiesen mejorar la experiencia del visitante de Salón Gourmets.
Volviendo al tema de la innovación, en mi tour por España, probé muchos productos de los que había identificado en el túnel de la innovación: una ginebra con sabores a alga, degusté varios tipos de hidromiel y entendí mejor su proceso de elaboración, descubrí alguna conserva que nunca había probado… pero si me tengo que quedar con lo que más me sorprendió, además, positivamente, fueron unas alternativas a la leche y el yogur elaborados a base de clara de huevo. Su función, eso sí, aún no la veo muy clara, ¿qué fue lo que más os sorprendió a vosotros?
Fuente de la imagen: Salón Gourmets.