¿Qué tal estás? ¿Bien? ¿Cómo lo sabes? A lo mejor es que no tienes sueño (al fin y al cabo, has dormido lo mismo que tu pareja), te ha sentado bien ir a correr esta mañana, o te sientes mejor después del pincho de tortilla de mediodía. Pero sin datos biométricos o genéticos para comprobarlo, ¿cómo puedes estar seguro que tu salud está en su punto óptimo? Este mes, nuestro top 5 sacará tu lado hipocondriaco con nuevos modelos de negocio que hemos visto en el mundo de la salud hiper-personalizada.
Uno de los principales componentes del bienestar es el sueño y en este ámbito parece que cada quién tiene su número mágico: algunos necesitan dormir 8 horas completas mientras que otros se conforman con 6. Y cada vez se sabe más sobre cómo medir no solo la cantidad, sino también la calidad del sueño. El S+ de ResMed es un ‘monitorizador del sueño’, hasta ahí nada nuevo, con la diferencia de no requerir contacto físico para su empleo. Se convierte así en un aparato menos invasivo que un wearable, que almacena datos de tu respiración y movimiento de manera pasiva mientras duermes, para proponer mejoras al entorno y hábitos del sueño. A un precio de solo $50, sería imposible dormir más tranquilo.
23andMe permite a sus clientes conocer sus raíces con un kit de análisis genético en casa. Los beneficios de cara al cliente son sobretodo emocionales: su página web comparte historias de huérfanos y personas adoptadas reconciliadas con sus orígenes por $149. Detrás del modelo de negocio de la empresa americana se encuentra una infraestructura que permite a la empresa realizar investigación genética ‘crowdsourced’. 23andMe invita a su base de datos de clientes, que cuenta con la información genética de más de 2 millones de personas, a participar en investigaciones sobre los vínculos genéticos de ciertas enfermedades, como la depresión o la tolerancia al dolor. Y aunque el destino de los hallazgos que se obtengan de su investigación no está del todo claro, ya han convencido a un 85% de sus clientes para que consientan el uso de sus datos genéticos para ello, motivados por el objetivo común de desarrollar remedios más personalizados frente a las enfermedades crónicas.
Cada quien tiene sus gustos, pero con Habit la personalización de la dieta se hace ahora de manera científica. Por $299, la empresa americana te mandará un kit a casa para recoger muestras biológicas (sangre y ADN) que se analizan para determinar tu manera personal de digerir distintos macronutrientes y la predisposición a sensibilidades a ciertos alimentos. Con esta información se diseña un plan de nutrición a medida, disponible a través de una aplicación. Habit se diferencia en ir un paso más allá, ya que los usuarios luego cuentan con la opción de contratar un ‘coach’ de nutrición para apoyar la implementación de cambios en la dieta, o incluso la entrega a domicilio de comidas compuestas específicamente para el usuario. Estos servicios adicionales se anclan en la ciencia del comportamiento para crear una experiencia íntegra que apoya los cambios de hábitos y dieta.
Este capítulo no lo hemos sacado de una novela de ciencia ficción, sino de las mentes brillantes de Proteus Digital Health, empresa americana que nos propone sus Smart Pills, sensores ingeribles que apoyan la adherencia médica. Si cada quien digiere de manera diferente, es de esperarse que metabolice la medicina a su manera también. Transmitiendo datos desde dentro del paciente a un parche ‘wearable’ o al móvil, el Smart Pill permite a sus usuarios tener un conocimiento exacto del nivel de medicamento que han ingerido y adherirse mejor a los regímenes recomendados por sus médicos. Todavía está en fase de prueba, pero ya lo ha aprobado la Administración de Alimentación y Farmacéutica (FDA) de EEUU.
Nuestra última entrada en este Top 5 es un pequeño robot con una cara cachonda que disimula un sinfín de funcionalidades. Se llama Pillo, y pretende concentrar toda la gestión de tu bienestar en un solo aparato: es una base de datos de la nutrición, cuenta con una plataforma sincronizable con wearables, un dosificador programable y un interfaz para contactar con profesionales de la salud. Con reconocimiento facial y de voz, su inteligencia artificial permite que cada día aprenda de su usuario y personalice más sus funciones. Tras una campaña de crowdfunding en Indiegogo que recaudó $118.282, se estima que el Pillo costará unos $500.