¿Es la obesidad la próxima pandemia?

¿Está nuestro sistema alimentario actual creando incentivos equivocados, fomentando así dietas poco saludables?
06/2022
¿Es la obesidad la próxima pandemia?

Nuestro estilo de vida ha cambiado mucho en los últimos 100 años; a principios del siglo XX, la mayor parte de los trabajos implicaban labores físicas como ir al campo y arar la tierra, construir coches en las fábricas o trabajar en la construcción de edificios y obras públicas. Pero hoy en día, vivimos en un mundo muy diferente, donde pasamos la mayoría de nuestro tiempo sentados en el sofá, en un escritorio o en un coche.

Aunque nuestro estilo de vida ha cambiado mucho a lo largo de los años, nuestros hábitos alimentarios no lo han hecho. Antes, cuando llevábamos una vida físicamente exigente, tenía mucho sentido consumir un gran número de calorías en cada comida, mientras que hoy se puede considerar una cantidad excesiva. Después de la Segunda Guerra Mundial, toda la industria alimentaria estaba diseñada para proporcionar grandes calorías, vendiendo productos que eran bombas calóricas. Hoy esta perspectiva no tiene mucho sentido y estos productos, junto con otros factores, están provocando una pandemia mundial de obesidad. 

El estilo de vida que llevamos, cada vez más sedentarios, contribuye en gran parte al problema de la obesidad, lo cual es evidente al mirar las estadísticas globales. Según The Lancet y la OMS, el 78% de los chicos adolescentes y el 85% de las chicas adolescentes (de 11 a 17 años) no cumplen las recomendaciones de actividad física diaria. Las nuevas generaciones están pasando cada vez más tiempo frente a las pantallas ya que su atención es cautivada por medios como TikTok, Youtube, Netflix o Fortnite. Según datos de la administración pública, el 21% de los niños y adolescentes en nuestro país pasan más de dos horas al día jugando con videojuegos, cifra que se dispara al 49% los fines de semana. Esto es un problema global: según la agencia gubernamental Public Health England (que cuenta con abundantes datos relevantes gracias a su estrategia nacional contra la obesidad), el 63% de los adultos en el Reino Unido están por encima de un peso saludable y la mitad de ellos vive con obesidad. Además, 1 de cada 3 niños que salen de la escuela primaria tiene sobrepeso u obesidad

Peor aún, la obesidad no se distribuye de forma uniforme entre las clases sociales. Según Public Health England, la obesidad es más frecuente entre los grupos más desfavorecidos de la sociedad. Esto afecta especialmente a los niños, ya que los que viven en las zonas más desfavorecidas de Inglaterra tienen más del doble de probabilidades de ser obesos que los niños que viven en las zonas más ricas.

Los datos son muy preocupantes, y este tema debe ser un enfoque principal en todas las empresas de alimentación y bebidas y en todos los comités ejecutivos. Una población con sobrepeso no es un problema de estética o de apariencia; se trata de problemas cardiovasculares, el aumento de la diabetes y otros problemas de salud que son perjudiciales para nuestra sociedad y que supondrán un coste innecesario para nuestros sistemas sanitarios en el futuro. 

¿Por qué está ocurriendo esto?

Nuestro sistema alimentario actual está diseñado de tal manera que crea incentivos equivocados para las personas que no tienen las herramientas, el conocimiento o la voluntad de mejorar su dieta. Cosas como las promociones equivocadas, los productos con alto contenido en grasa o sal, la comida basura y los productos en formatos excesivos, junto con un estilo de vida que es cada vez más sedentario, son las principales causas de esta pandemia que se nos acerca. Sin embargo, no se trata de un sistema que tengamos que desmantelar, simplemente hay que retocarlo y hacerlo funcionar mejor. Las empresas alimentarias son parte de la solución, no del problema. Este problema tampoco consiste en aplicar  regulaciones extensivas, tenemos que tratar a los ciudadanos como adultos y capacitarlos y educarlos, no tratarlos con condescendencia y diciéndoles lo que pueden o no pueden comer.  Tenemos que desarrollar una estrategia a largo plazo para promover un cambio sistémico y resolver este complejo problema. 

Aquí hay tres ideas en las que tenemos que pensar para poder desarrollar una solución a este problema.

Una, ¿cómo pueden las empresas alimentarias fomentar una dieta saludable y más sostenible en nuestra sociedad? Aquí en España, deberíamos ver e intentar recuperar la dieta y el estilo de vida de nuestros abuelos: una verdadera dieta mediterránea con mucho ejercicio, verduras, frutas y legumbres. En segundo lugar, ¿cómo pueden las empresas alimentarias promover e incentivar un estilo de vida activo en los niños para que dejen de ser tan sedentarios? Por último, ¿cómo pueden las empresas y administraciones alimentarias motivar a los niños a aprender sobre alimentación, nutrición y cocina? Cuando las personas cocinan cada vez menos, perdemos un intangible cultural y social de gran valor, una parte de nuestra cultura. Cuando la gente conoce los alimentos y sabe cómo cocinarlos, les resulta mucho más fácil cuidarse.

Tenemos que reflexionar sobre estos temas como industria y trabajar juntos para lograr un cambio en nuestra sociedad. Un paso para resolver este problema podría ser la introducción  de nuevas materias en nuestro sistema de educación, tal vez a través de una asignatura sobre alimentación y nutrición en los colegios. Una cosa está clara, sería de tontos permitir que nuestra sociedad pierda esa parte fundamental de nuestra identidad que es “el saber comer”.

Imagen principal: Bartholomeus van der Helst
¿Es la obesidad la próxima pandemia?Jaime Martín
Socio fundador y CEO