Se acerca el verano, suben las temperaturas y las terrazas de los cafés se llenan de gente tratando de refrescarse con su bebida preferida. Una imagen que vemos todos los veranos, pero que empieza a sufrir cambios importantes.
Hasta ahora la oferta de bebidas refrescantes era bastante limitada. No pasaba de colas, sodas, bebidas de tés y aguas con gas y en su mayoría con una gran marca dominante. Las nuevas tendencias en salud, los cambios en el consumo de las nuevas generaciones y la proliferación de startups y nuevas marcas están cambiando el panorama.
Como decíamos, uno de los grandes motores del cambio es el cambio generacional, los jóvenes no quieren beber lo mismo que sus padres,quieren marcar una diferencia. Y estos jóvenes están muy influidos por las redes sociales que les acercan tendencias y productos que surgen en otros lugares y que rápidamente se extienden a todos los mercados.
En este aspecto, cabe destacar el desarrollo que hemos visto en bebidas sin o bajas en alcohol. En EEUU, el fenómeno “hard Seltzer” ha sido todo un boom creando un mercado de miles de millones de euros en muy poco tiempo, aunque, cabe destacar que no ha viajado bien fuera de sus fronteras. De todas maneras, sí es un síntoma de un nuevo paradigma en el consumo de bebidas alcohólicas.
Las nuevas generaciones tienen una mayor necesidad de control y deseo de aprovechar más su tiempo. Por ello están reduciendo considerablemente el consumo de bebidas alcohólicas que se trasvasa a bebidas refrescantes. Eso sí, buscan bebidas que tienen que funcionar mejor en esos mismos momentos de consumo. Por eso ya no quieren otra cola u otra naranjada.
Por un lado, los perfiles organolépticos se hacen más complejos y adultos. De ahí el crecimiento a nivel global de los spritz sin y bajos en alcohol, bebidas a base de algún macerado y una soda, y los bitter en general.
Por otro lado, la tendencia saludable también ha hecho evolucionar notablemente los refrescos más saludables o con alguna funcionalidad. La categoría de kombucha está creciendo a nivel global y sobre todo en los últimos 2 años en Europa. Estas bebidas fermentadas que aportan beneficios probióticos, principalmente, se están convirtiendo en una alternativa saludable y adulta a los refrescos.
En España se trata ya de una categoría de más de 21 millones de euros en 2022 con un crecimiento superior al 87% en el último año. Tanto es así que estamos viendo últimamente numerosos movimientos en el mercado. Por un lado, la multinacional de los zumos AMC Fresh acaba de llegar a un acuerdo con Viver Kombucha para el desarrollo de una nueva planta en Granada. Por otro, Hijos de Rivera, la dueña de Estrella de Galicia, ha anunciado la compra de la marca andaluza de kombucha Soul K.
En un mercado tan avanzado como los EEUU, estamos viendo como este mercado crece y se va especializando con diferentes variedades como son los Jun, kombuchas hechas con miel, en vez de azúcar, o los hard kombuchas, con una graduación alcohólica alta. En este ámbito resurgen también los tepanches, bebida de frutas fermentadas originales de México y que están creciendo en importancia.
Pero este mundo de las bebidas fermentadas y probióticas está dando paso a una categoría mucho más amplia de bebidas funcionales donde a salud intestinal y mental toman gran relevancia. En la primera categoría cada vez se ven más bebidas con probióticos y prebióticos que ayudan a mejorar el estado de nuestro microbioma.
En lo que respecta a las bebidas destinadas a la salud mental, surge toda una nueva categoría que busca reducir el estrés y la ansiedad de quien las consume. Aquí, las bebidas que incluyen CBD y otros adaptógenos comienzan a surgir con fuerza. Pendiente de su regulación definitiva en Europa, ya se están abriendo camino algunas marcas.
Lo más relevante de todo este movimiento es que está totalmente liderado por startups y pequeñas marcas, los grandes operadores de bebidas todavía no están apostando por estas nuevas categorías. Quizás a la espera de comprar a quien se convierta en líder una vez crezca el mercado. La oportunidad está marcada, la pregunta es si se quiere aprovechar. ¿Nos lanzamos juntos?
