Propósitos de año nuevo

Impulsar la innovación (y cinco claves para hacerlo)
01/2016
Propósitos de año nuevo

En Lantern, además de ayudar a las empresas a desarrollar nuevos productos, servicios y modelos de negocio, así como a mejorar la experiencia de cliente, abanderamos la innovación y la cultura innovadora allá por donde vamos. Con nuestros clientes, entendemos las barreras y los frenos existentes a la hora de innovar y damos soluciones a través de diferentes metodologías con la finalidad de hacerlos más competitivos.

Empezamos un año nuevo. Y con ello llegan los propósitos y los retos. Aquí os trasladamos algunas de las grandes claves para impulsar la innovación en tu empresa: 

1. Integra la innovación en tu plan estratégico 

Necesitas un plan. Si quieres empezar a innovar, no basta con hacer una sesión de brainstorming una vez al mes, o preguntar a los empleados cómo vender más, ni hacer un estudio de satisfacción anual. Necesitas un plan, un plan estratégico de innovación. Suena complejo, pero empieza por entender que tu empresa, sea del sector que sea, necesita un espacio dedicado a la innovación. Un espacio físico y un espacio en tu presupuesto anual, para que desde Marketing, Desarrollo de Negocio, Comunicación o incluso RRHH, se lleve a cabo el plan del que hablamos. Piensa en una definición común de innovación que entienda toda la organización y luego pasa a definir una hoja de ruta que refleje las grandes áreas de oportunidad para innovar, no proyectos específicos. Prueba, equivócate y vuelve a equivocarte, porque entonces eso quiere decir que estas innovando. Aunque solo sea en la manera de hacer las cosas. 

2. Diseña para las personas 

Sea cual sea el sector en el que desarrollas tu actividad, detrás de cada producto o servicio hay una persona que compra ese producto o disfruta ese servicio. Cada una de ellas es única, tiene sus problemas, sus inquietudes, sus aspiraciones, y un largo etcétera de cosas diferentes. Se acabó el entender la innovación como un proceso de mejora tecnológica. Hay que entenderla como una herramienta de resolución de problemas.

Cuando hablamos de innovación centrada en las personas, hay que dejar de lado los “yo creo”, “yo pienso” para dar voz a nuestros clientes/consumidores finales. Los prejuicios o las intuiciones deben borrarse automáticamente cuando tratemos de entender a las personas, sólo de esta manera diseñaremos productos que satisfagan sus necesidades reales. Clasifica los diferentes tipos de “personas”, crea arquetipos con nombre y apellido, y diseña pensando en cómo ayudarles a través de un nuevo producto o servicio. Diseñar para las personas significa que al volante de la innovación no se pone al área de Marketing, ni I+D, ni Comercial. Es el cliente el que nos indica hacia dónde ir.

3. Empleados: un superpoder por explotar 

Una buena noticia es que estamos viendo un cambio cultural en las empresas, que va desde crear espacios abiertos hasta fomentar la innovación en los empleados a través de incentivos y premios, o por ejemplo, permitiéndoles utilizar un 20% de su tiempo en proyectos personales, como hace Google o 3M. Los empleados son una parte importante para hacer crecer la innovación en la empresa. La creatividad y las nuevas ideas surgen, en gran medida, de compartir y de complementar tus ideas con las ideas de otros. Todo ello es más fácil si el espacio de trabajo está pensado para fomentar este intercambio y si contamos con programas donde se experimente, se co-diseñe y se generen nuevas oportunidades de negocio. Darles voz, hacerles partícipes de los grandes retos y hacerles sentir parte de algo grande, es sin duda una motivación para todos. 

4. Proveedores y clientes: innovación abierta y colaborativa  

Nuestros proveedores y nuestros clientes son una fuente de inteligencia de negocio que hay que explotar y sacarle jugo. Innovar supone mejorar. Y para mejorar es necesario implicar a los que, de alguna manera, tienen voz en nuestro proceso de creación de nuevos productos y servicios. Los clientes, proveedores, instituciones, organizaciones, etc., son algunos de los que nos ayudarán a crear soluciones exitosas.

Compartir las ideas, filtrarlas, votarlas, testarlas y volver a empezar, es el ciclo natural de la innovación. Si en este proceso contamos con la ayuda de los que tienen que vender esa idea, implementarla y consumirla, el output es mucho más enriquecedor para todos. Empresas como P&G, disponen de programas de innovación abierta como “Connect + Develop”, en el que invitan a los clientes a enviar ideas y ayudar a solucionar problemas reales. Desde que el programa nació, más de un tercio de los nuevos productos de P&G proviene de fuentes externas.

5. Aprende de los más jóvenes: startups al poder 

”, parece que las startups sólo molan si tienen futbolín y bicicletas para sus empleados. Por una parte, molan por eso, pero también por su capacidad de innovar de una manera ágil y sencilla, algo a lo que muchas grandes corporaciones no están acostumbradas. El aire fresco de contar con la visión de estas pequeñas empresas dota a las organizaciones de una nueva perspectiva que hay que saber utilizar. Las viejas fórmulas no existen, los elefantes corporativos poco ágiles están desapareciendo.

Estamos en un periodo de aprendizaje continuo y de renovación, y las startups son un espejo donde mirarnos. Entender cómo piensan, cómo trabajan, qué perfiles las forman, es una buena manera de empezar. Abrir el scope, aliarse con ellas, aprender de ellas es fundamental a la hora de crecer el negocio y de sentar nuevas formas de innovar.

Si quieres un punto de vista sobre cómo articular distintos modelos de colaboración con startups, en base a tus objetivos de negocio, tomamos un café y te lo contamos. Escríbenos a